El octavo en discordia se trata de una novela contemporánea, con tintes de novela histórica, ambientada en la Barcelona de los últimos años del franquismo y primeros de democracia (1962-1984). En ella se recrean las dificultades del protagonista al formar parte de una familia numerosa de diez hermanos. 

La novela, de carácter autobiográfico, narra la infancia y juventud de Gonzalo Pomareda. Ser el octavo hijo de familia numerosa, con un progenitor recto, impecable, que no permite el mínimo error, no le resulta nada fácil a Gonzalo. Severo, su padre, es un falangista con poder tal como corresponde a sus oficios de militar de alta graduación, subcomisario de policía y Teniente de Alcalde.  

A ello se le suma el carácter agrio de su madre Cándida, agotada de parir como una coneja, a pesar de que no le gustan los niños. Gonzalo se encuentra sumergido en la maldición de estar hacia el final, pero por entre medio de tan larga cola fraternal, en aquella indefinida ubicación, lo que significa pasar desapercibido para las atenciones, pero observado al microscopio ante el mínimo paso en falso.  

Él es un muchacho con muchas dificultades para crecer entre esa maraña de hermanos. Cargado de complejos: moja la cama hasta los catorce años, no sabe pronunciar la erre, vive desubicado ante el proselitismo del colegio religioso donde estudia, gay muy en el armario, da tumbos a nivel de estudios, etc. Al dejar colgada la carrera de Derecho, para cursar Filología, esto provoca que su padre le retire la palabra de por vida.  

Desde la mirada de Gonzalo, nos trasladamos a una de las épocas más convulsas de nuestra historia reciente. Él es un observador privilegiado por ser su padre un franquista destacado, así nos acerca el autor a novedosas noticias sobre estos crudos momentos, que rompen con la versión aceptada históricamente.